Donde el Oeste comienza.
Dallas y Fort Worth, separadas por 52 Km. de distancia, son las dos ciudades más importantes del Metroplex. El área del Metroplex, con más de seis millones y medio de habitantes, es el área metropolitana más poblada del sur de los Estados Unidos y la conforman 12 condados. Está dividida en dos distritos metropolitanos: Dallas-Plano-Irving y Fort Worth-Arlington. El Metroplex cubre una superficie de 24.100 Km2 de los cuales 760 Km2 están cubiertos de agua. Al llegar al aeropuerto internacional de Dallas-FortWorth (DFW), si miramos por la ventanilla del avión veremos una tierra de un verde intenso cubierta por innumerables lagos y lagunas, la mayor parte de los cuales son artificiales.
Dos grandes ríos atraviesan el área, el Trinity, que pasa por Dallas y desemboca en el Golfo de México al este de Houston y el Brazos, bautizado por los españoles como “Los Brazos de Cristo”, que pasa al oeste de Fort Worth y desemboca también en el Golfo justo a medio camino entre las bahías de Matagorda y Galveston.
En el ecuador del Siglo XIX, en 1849, se constituyó el puesto armado de Fort Worth como el último asentamiento civilizado. Establecido como puesto de defensa contra las depredaciones de los indios Comanches y Apache, aglutina a un pequeño grupo de colonos que se establecen en la zona por la enorme riqueza de la tierra, formada por extensas y frondosas praderas copiosamente regadas durante todo el año. Pero la vida en la frontera con el territorio indio no es nada sencilla para los primeros colonos que asisten, impotentes, a las salvajes incursiones de los Comanches quienes masacran y se ceban con familias completas secuestrando a menudo a los niños de entre 4 y 12 años y matando con ensañamiento y tremenda crueldad al resto. Su objetivo principal era el robo de caballos pues la cantidad de caballos que poseía un comanche era su patrimonio y lo que le permitía escalar posiciones en su sociedad. En un ambiente tan peligroso el desarrollo de la ciudad fue lento.
Como ya se ha mencionado, Fort Worth era el último enclave civilizado antes de adentrarse en pleno territorio indio hacia el Norte y el Oeste de la ciudad. Por ello, cuando sobre todo tras la Guerra Civil, en 1865, se inician los grandes traslados de ganado desde los ranchos del sur de Texas, en las zonas del Río Grande y la costa del Golfo, hacia Kansas, donde se encontraba el ferrocarril y, por tanto, el centro de distribución de ganado hacia los muy poblados estados del Norte, Fort Worth se convierte en la última parada para las grandes manadas antes de adentrarse en los peligros de lo que entonces era conocido como Territorio Indio y que en 1907 pasó a ser el 46º estado de la Unión bajo el nombre de Oklahoma (nombre basado en el idioma Choktaw: Okla y humma “Pueblo rojo”). Por ello, casi desde sus inicios, la ciudad de Fort Worth está estrechamente ligada al Cowboy y su sobrenombre es “Cow Town”.
Ganado, Salones y Burdeles.
Alrededor de los cowboys, florece una esplendorosa industria que empieza a traer prosperidad a la ciudad. Por un lado se establece un área donde enormes corrales dan cabida a las manadas de vacuno que pasarán ahí unos días de descanso antes de continuar su viaje hacia el norte. En ese periodo de descanso, los cowboys cambiarán las vicisitudes de su trabajo, en el que tienen que soportar cortos periodos de sueño durante los meses que dura el traslado, las inclemencias del tiempo, las estampidas y los ataques de los indios, por diversión que consiste sobre todo en la ingesta de grandes cantidades de Whisky, el juego, de los que destaca el juego del Monte (un juego de apuestas con naipes de origen español) y las mujeres. Todo este “parque de atracciones” para Cowboys se sitúa junto a la zona de corrales para el ganado y es conocido como el “Hell’s Half Acre”, algo así como, “el medio acre del infierno”. Durante las décadas de 1860 y 1870, el Hell’s Half Acre se encuentra en su máximo esplendor y apogeo. Algunas de las más respetadas familias de la ciudad hacen sus fortunas con la propiedad de los nada respetables salones y burdeles que se encuentran ahí.
Fort Worth y el Stockyards National Historic Distric es historia viva. Es el lugar que hay que visitar si uno quiere darse cuenta de cómo era la vida de los cowboys del siglo XIX en una ciudad fronteriza. Aún hoy, Fort Worth está poblada por cowboys nostálgicos y no es raro verlos en sus caballos por el Stockyards, que es como se conoce hoy a ese famoso “Hell’s Half Acre”.
Durante la década de 1880 el ferrocarril llega a Fort Worth y la ciudad pasa a ser el punto de destino para muchas de las manadas que se conducían hacia el norte.
Cuando te plantas en las esquinas entre la North Main Street y East Exhange Avenue, estás ante 150 años de historia. Los edificios están cargados de historia y anécdotas. Los salones ya no tienen las típicas puertas batientes (los cowboys aprecian los beneficios del aire acondicionado) pero mantienen el ambiente de los viejos tiempos. Mirando hacia W Exhange Av. El cartel “Fort Worth Stockyards” que cruza la calle nos da la bienvenida y nos recuerda que acabamos de entrar en el epicentro del “Hell’s Half Acre”. Pero ojo, porque en E Exhange Av. y también en North Main Street hay lugares que no podemos perdernos. Así, en E Exhange Av. se encuentra el Miss Molly, un Bed & Breakfast construido en lo que fue un conocido burdel en el siglo XIX y que conserva todo el ambiente que tenía hace más de cien años. Pero es en W Exhange Av. donde se concentran el mayor número de atractivos para el visitante. Andando en dirección a Rodeo Plaza, a la derecha nos encontramos con el White Elephan Saloon. El Elefante Blanco se ha hecho muy famoso por ser el JD’s Saloon en la serie Walker Texas Ranger. Pero este local tiene méritos propios para haber pasado a la historia ya que el 8 de febrero de 1887 el propietario del salón, Luke Short, mató al entonces popular “Longhair” Jim Courtright, antiguo marshall de la ciudad, en el que fue uno de los tiroteos más famosos de Fort Worth.
En la esquina de Main con W Exhange se encuentra el H3 Ranch, un steak house en cuyo bar podrás ver desayunar a grupos de cowboys por la mañana o sentarte en una silla de montar en la barra. Junto a él se encuentra el Stockyards Hotel, uno de los hoteles más exclusivos de la ciudad, se inauguró en 1907 bajo el nombre de Stockyards Club para ser el lugar donde los más ricos ganaderos se hospedaban durante su estancia en Fort Worth. Siguiendo por la misma acera llegamos a Fincher’s White Front Western Store, hoy en día una tienda de ropa, botas y equipación western pero que en la época dorada del Hell’s Half Acre era un banco. La antigua caja fuerte es hoy un almacén donde los clientes pueden elegir su modelo favorito de botas. Justo enfrente, el Riscky’s Steakhouse nos deleitará con su “especial de la casa”. Tal vez ese sea el primer lugar donde nuestro paladar reconocerá a la que es considerada la mejor barbacoa del mundo, la Texas BBQ. Durante nuestra visita a Texas contaremos con muchas oportunidades para afianzar este convencimiento. Siguiendo por la misma avenida nos encontraremos con el Cowtown Coliseum, un estadio de Rodeo, en plena efervescencia durante la feria de ganado de Fort Worth, el Fort Worth Stock Show & Rodeo que se celebra todos los años durante tres semanas a partir de la segunda quincena de enero. Más allá nos esperarán el Texas Cowboy Hall of Fame o, en el 2520 Rodeo Plaza, el Billy Bob’s Texas, el Honky Tonk más grande del mundo.
El Billy Bob’s Texas se construyo en 1936 para el Fort Worth Stock Show. Ocupa unos antiguos corrales para ganado en una superficie total de 127.000 pies cuadrados, lo que vienen a ser unos 11.800 metros cuadrados. En su interior encontramos tiendas, restaurantes, pistas de baile, salas de conciertos y, los sábados por la noche, Monta de toros en su propia pista de rodeo. Se trata de una visita obligada pero si quieres disfrutar bailando en el Billy Bob’s Texas deberás aprender a bailar el Texas Two Step. Los tejanos están tan orgullosos de su baile que dejan muy poco espacio para otras modalidades, así no es nada habitual encontrar salones donde se baile Line Dance –a pesar de que sí se dan clases algunos días de la semana- pero si dominas el Two Step, te hincharás a bailar en Texas.
Los conciertos que se presentan todos los viernes y sábados en el Billy Bob’s Texas son de primera magnitud y vale la pena salir de España con las entradas compradas y listas para ser recogidas en el puerta el día del concierto.
Fort Worth hoy.
Hoy Fort Worth es una de las principales ciudades de Texas. Su proximidad a Dallas ha hecho que desde siempre haya existido una fuerte rivalidad entre las dos ciudades, algo parecido a lo que ocurre en España entre Barcelona y Madrid. Casi desde sus orígenes ha habido historias en ambas ciudades que ridiculizaban a sus vecinos y el espíritu competitivo entre ambas nunca ha cesado. La población de Fort Worth es de unos 800.000 habitantes. Forth Worth es la sede de la TCU, la Texas Christian University y cuenta con facultades de otras universidades, de las que destacan el Centro de Ciencia de Salud de la University of North Texas o la facultad de Derecho de las Texas A&M University.
Por lo que se refiere a la industria, la más importante de Fort Worth es la relacionada con la aviación. Así es la sede de compañías como la Lookheed Martín Aeronautics que da empleo a 13.500 personas, American Airlines que emplea a 6.500 personas o la empresa de helicópteros Bell en la que trabajan 3.800 personas.
Como en el resto del estado, el transporte público no tiene la infraestructura mínima para apoyarse en él, así que conducir tu propio coche es fundamental en todo Texas o estarás completamente limitado en movimiento. A cambio, las zonas de aparcamiento son muy extensas y los precios bastante razonables. Aparcar en Fort Worth es sencillo y la visita al Stockyards hay que hacerla a pie.
Xavi Barrera
xavi.barrera@countrymadrid.com